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martes, 31 de diciembre de 2019

Feliz 2020


Porque siguen existiendo personas que nos acercan a las estrellas y nos hacen soñar, locos que hacen de la vida un arte y creadores que llenan el mundo de otros mundos.
Porque todavía creo en los cuentos dulces y en los siniestros, en el triunfo de los amores difíciles y en el corazón de los monstruos: cuando es negro y cuando no. También en su hambre.
Porque sigo sobrecogiéndome ante una obra de arte, y porque sé encontrar belleza a veces incluso en lo más terrible.
Porque nunca pierdo mi curiosidad infinita, sé oler el viento y escuchar la canción de los árboles cuando bailan.
Porque no dejan de fluir palabras de mis dedos.
Porque siempre me gustarán las flores en el pelo y los cohetes en el pecho.
Porque conservo la sonrisa heredada, el humor como barrera frente al dolor y el amor de tantos.
Por todo eso, pisaré con fuerza cada segundo de 2020.
Me quedo, para cubrir las huellas de un 2019 de vacíos abismales y miedos infinitos, el lago de historias en el que buceo, olvido y renazco. Y me quedo con vosotros.

Os deseo un nuevo año lleno de felicidad.

*El broche es de Nuberia (www.nuberia.es)

domingo, 4 de febrero de 2018

El oso y yo


El oso y yo no nos miramos, aunque queramos hacerlo. Nos perturba la posibilidad de averiguar quién es real y quién es producto de la imaginación del otro. O si ninguno de los dos existe.

Las noches que oscilan entre el insomnio y los viajes a ese otro lugar alimentan a los monstruos, que crecen y se vuelven consistentes entre canciones que arrastran belleza y lágrimas. La imaginación puede a la razón, las palabras coherentes se extinguen y las barreras de la lógica se difuminan. El destino es un traidor que juega con todos nosotros, un maldito traidor de dientes afilados, una bestia caprichosa que disfruta manejando nuestros hilos, un loco que a veces parece ser amable y al instante siguiente se recrea en el caos que crea con apenas un soplido.

Hay días que me hace falta pisar con fuerza un mundo y, sin poder evitarlo, mis pies bailan en otro. Días que no sé bien quién soy o si en realidad no soy y me difuminaré en la nada cuando alguien abra los ojos. Como el oso.


jueves, 4 de enero de 2018

Adiós, 2017

"Mannequin with a bird cage over her head" (1938-66). Man Ray.
2017 ha sido un año maestro. Uno de esos que enseñan que el miedo no se acaba nunca, que siempre hay uno nuevo para sustituir al que se mitiga, que lo que importa es lo que importa y lo demás es secundario y que la mierda siempre será el mejor abono para las flores.
También me ha enseñado que sacrificar las ansias de poner las cosas en su sitio en un intento de no perjudicar a gente querida, ha sido mucho peor que no hacerlo. Ahora veo desde detrás del cristal los engaños que se repiten, las ilusiones que se pisotean, el despliegue de sonrisas que esconden dientes podridos para vender sueños que se guardarán en el cajón de las promesas olvidadas. Humo vendido con la pericia de años de práctica: regálame tu trabajo, tu tiempo, tu sangre. Y a cambio, nada, el prestigio invisible. No hay dinero, todas estas cosas son gratis: coches, casas, viajes... Lo veo a cámara lenta: los labios formando las palabras falsas, el aliento de la mentira oliendo a veneno. No sabéis la mayoría lo bien que lo conozco, lo mucho que luché por limpiar todo eso.
Con el paso de los meses, he descubierto que ha sido mejor, que yo también estaba metida en una jaula de promesas, encerrada para que no pudiese volar, por si acaso brillaba más que la estrella del show. He perdido casi tres años de sueños y miles y miles de horas de trabajo, pero ahora no hay barrotes que me paren.
Y sí, como decía antes, de la mierda surgieron cosas buenas que irán floreciendo. Unas ya lo han hecho y cada vez son más grandes y hermosas y otras van más lentas, pero llegarán a tocar el cielo como alubias mágicas. Y treparé por ellas. Vaya si lo haré.
Bienvenido, 2018. Espero que te portes bien. Ya me toca.

jueves, 9 de noviembre de 2017

De reflejos, fuego, agua y anocheceres


Olvidamos observar la llegada de la noche, esos minutos, mucho más veloces que el resto de minutos del día, en los que todo cambia. En la contemplación de ese proceso nos reconciliamos con el animal que somos y a menudo negamos. Nos volvemos más reales al ver encenderse las llamas en el cielo para instantes después disolverse en la oscuridad y, si estamos atentos a nuestro ser, podemos sentir el cambio en la percepción del entorno, la necesidad de morir con el día para renacer a la mañana siguiente luchando con el estado de alerta que conlleva la noche. Eso es el ritmo de la Naturaleza. Eso es vida.

Hoy el poder del rojo vence a su contrario, el verde de agua estancada, en ese otro mundo que sólo se atisba en los reflejos. En mi Jardín Burbuja ahora arde el cielo y el agua no puede apagarlo.


lunes, 23 de octubre de 2017

Pan de calabaza


Un "¿qué piensas?" se vuelve mecha cuando se tienen ganas de escribir. Y el fuego ―que camina conmigo― no tiene más remedio que arder porque es su naturaleza hacerlo. En mi pensamiento, calabazas y eternos retornos. Me gustan Halloween y sus monstruos y las fiestas de muertos de aquí y allá. Y me gusta octubre, es más otoño y menos maldito que septiembre, ese mes de principios y finales, a medio camino entre la belleza y el horror, en el que se me ocurrió nacer. Octubre es de monstruos y es naranja, octubre es el otoño que yo soy.

Y estos días vuelven los que se fueron y bailan extrañas danzas de muertos vivientes y yo, acostumbrada a dejarme llevar por los fantasmas, les doy la mano, sigo sus pasos sonriendo y les doy un beso furtivo en los labios, porque me hace feliz saber que siguen siendo de alguna manera.

Madrugada de olor a pan recién hecho y té dulce de vainilla y caramelo. Quiero una calabaza. Pienso en hacer pan de calabaza. Tengo ganas de escribir.

*Este texto no es nuevo, Facebook me recordó que lo publiqué un día parecido a este de hace un año. Es una muestra de eterno retorno que me apetecía compartir. Como me apetece compartir esta canción, que no tiene nada que ver con el texto, pero que llevo un par de días sin sacarme de la cabeza. Y es que a veces la vida gira en bucle en una canción o se detiene en la mirada de un replicante, capaz de sentir, reflejado al otro lado del espejo.


*Por cierto, he escrito un cuentecillo de Halloween como colaboración en la web de Caosfera. Podéis leerlo en este enlace: 

sábado, 25 de febrero de 2017

Flores de tinta


Ante mis ojos el mundo comenzó a cambiar. Se perdieron los colores y la tinta ganó la partida. Las flores, antes llenas de tonos diferentes, sucumbieron a la belleza de las sombras aguadas, a los matices de unos azules que con su fuerza robaban  protagonismo a la palidez inocua del cielo. Y os juro que esta vez el azul no fue tristeza, pues la contemplación de aquella transformación prodigiosa era un vehículo hacia la sabiduría, como ocurre cada vez que los humanos nos enfrentamos a lo desconocido.

*La foto no tiene filtros de ningún tipo.
*La canción que asocio a la imagen en mi mente es "Lápiz y tinta" de El último de la fila


lunes, 20 de febrero de 2017

Mordiscos más allá de los tentáculos


Más de una vez os he confesado que os observo.
También que hurgo en vuestras mentes con mis tentáculos invisibles cuando me parecéis especialmente interesantes.
Pero nunca os había contado que a veces dejo que el bosque se me enrede en el pelo y os vigilo a través de mis ojos de animal. Entonces puedo oler vuestras intenciones ocultas y seguir los hilos de vuestros actos y los movimientos que hacéis sobre el tablero de juego con la claridad que da el estar más allá de las limitaciones de la cultura y la educación. Y algunos me parecéis tan interesantes también desde esa otra perspectiva que, sin que os deis cuenta, doy pequeños mordiscos a vuestros cerebros y los saboreo.
El que avisa no es traidor, pero quizás ya sea tarde. Tranquilos, ni duele ni afecta a la inteligencia.
Aunque quizás alguna vez me soñéis siguiendo vuestro rastro entre hojas y ramas.

* Siento que "Trøllabundin"de Eivør es la música perfecta para este texto. Una canción que me obsesiona desde que me la descubrió mi querido Raúl Campoy hace unos días.


* Foto: "Pagan Angel (SocialFreeakdom)

jueves, 19 de enero de 2017

¿Y si el monstruo de Frankenstein amase a una sirena?

 

      He girado rápido para ver si conseguía atisbar, escapándose por un lateral del espejo, el reflejo de una de esas maldiciones que llevamos cosidas a la espalda como sombras negras, siempre dispuestas a cubrirnos con sus asquerosos cuerpos polimórficos que crecen consumiendo nuestra energía.

     El terror a no vivir arrasa a quienes ven a un primer amor viviendo de prestado, a quienes saben que no existe la certeza de un futuro, que nunca se conoce qué día será el último en el que la felicidad será plena. Y al final, es  la propia fragilidad de sabernos cristal la que  nos rompe si no conseguimos volvernos flexibles.

     Hoy he mirado con detenimiento los mil rostros de la perdición, me han revoloteando murciélagos en la tripa y he tragado mis propias defensas. He vomitado las espinas y la hiel del miedo y entonces, entre lágrimas, te he visto cómo eres en esencia, tu forma verdadera. Brillabas con el resplandor del fuego implacable que busca mi piel de ave fénix. Temblabas. Extendí mis alas doradas para cubrirte, dejando mi cuerpo desnudo, y te evaporaste cómo el agua al contacto con mi calor. Pareces ser  el aire ardiente que necesito respirar, el agua fresca con la que llenar mi boca y calmar mi sed y, en verdad, quizás solo seas un espejismo en mi desierto de locura, destinado a destrozar la poca cordura que aún poseo.

     Ahora, como resultado de esa visión, un deseo rebota en un espacio vacío y se multiplica en un eco siniestro y eterno. Hueco, como el sonido del frío o el de la niebla aislante, con la dulzura oscura que deja en el paladar el sabor de un secreto sucio o de un pecado.

     Hay un vértigo en la oscuridad que me precipita irresistiblemente al abismo que formaron tus palabras y me dejo caer, aunque no haya red que me asegure la supervivencia. O tal vez por eso.

     Me siento culpable de tu ausencia. Desprecio mi comportamiento errático y absurdo, enfermizo como recrearse en extender con un dedo la sangre pegajosa y espesa de una herida antes de cicatrizar, repugnante cómo el olor dulce de las flores que abrigan a los muertos intentando ocultar el olor a formol, destructivo cómo el poder infinito que siente un niño triste al regodearse en la agonía de la mariposa clavada a un corcho con un alfiler o al triturar con rabia un hermoso escarabajo dorado, arruinando su belleza de joya, un instante antes de llorar desolado por haber roto un tesoro.

     Y al igual que el niño, me retuerzo de dolor ante mi error, lamentando que quizás no haya vuelta atrás en mi dureza fingida, en mi simulada piel de hielo, suave para jugar, impenetrable al amor, tan falsa que sólo con tu mirada furiosa se abren grietas y sangra.

    No creas ni una sólo palabra, rómpeme con tus manos, abre mi pecho y muérdeme fuerte el corazón, haz que repita tu nombre hasta que se borre el mundo.

     Creí en Hades añorando a Perséfone, no en un verano de olvidos. Mil veces mejor es enamorar al terrible Minotauro o a un dios capaz de arrasar el mundo por seguir las huellas de mis pies, por correr detrás de mis medias, por beberse mi voz. Malditos los buenos que siempre duelen, benditos los malos que con su furia hacen temblar los cimientos y si hacen gritar es en combate de amor y luego lamen las heridas y curan. Bendita tu alma guerrera.

      Pienso en Anaïs Nin, viva en los brazos de Miller, en Dalí ahogando sus miedos en los pechos de Gala, en Caperucita siguiendo el rastro del lobo en las noches de Luna llena, en la bella amando el lado salvaje de la bestia, en Gustav Klimt acunado por Emilie en la vida y la muerte, en Picasso enloqueciendo a Dora Maar, en la tormenta eléctrica constante entre Frida Kahlo y Diego Rivera, en la Maga arrastrando a Oliveira a un circo feroz con su sexualidad catártica, en la inteligente Eve, antigua como la Historia, regalando al joven Adam una eternidad de libros, música y amor con su mordisco. Pasiones turbulentas que son vida. Qué importa que nadie lo entienda si ahí radica la pureza de su amor.

*Imagen: Ann Blyth disfrazada para su papel en “Mr. Peabody and the Mermaid” y Glenn Strange caracterizado para “Abbott & Costello Meet Frankenstein”, 1948.

lunes, 16 de enero de 2017

Mi último paisaje


Viernes 13.
Un viento gigante y antiguo sopla futuristas cometas de metal y pájaros ígneos en formación.
Huyen del invierno en silencio. También las estrellas fugaces.

Sembrando el terror, dos asteroides se acercan.
"No hay peligro", dicen. Y quizás mientan.

El miedo acecha y a veces se viste de muerte.
De todas las muertes.
De la muerte de todas las cosas.

He roto el miedo en pedazos. Ahora cae desde la Luna transformado en lluvia fina de partículas, diminutos embriones de letras que escriben, al posarse, versos que quedarán retenidos para siempre en la tela de mi viejo paraguas, negro como la falta de luz.

Los leo.

Son salvajes y libres, como el amor de quienes se lanzan al vacío en pos de lo que tanto cuesta encontrar y por el camino sienten crecer alas en su espalda.

Cierro el paraguas.
Me quito la escafandra y espero el impacto.
Dicen que no hay peligro.
Yo me lo creo a medias. En mi cabeza suena, insistente, una canción:

Si la especie humana se abocara a la extinción
quiero que seas mi último paisaje.
Si explota la Tierra, qué importa 
mientras tú seas mi último paisaje.

* La canción es "mi último paisaje" de Luis Ramiro, y pertenece al disco "Magia". También le he robado el título. Podéis escucharla aquí:



*Imagen: Buzo con paraguas (París, 1949)
*Más información sobre Luis Ramiro en www.luisramiro.com.

miércoles, 6 de abril de 2016

Limbo

Levitación

Cultivo con esmero ojeras de llanto almacenado,
agua podrida infectando el marco de mis ojos tristes,
anegados de frío y sinrazón
Nada es tan inquietante como la tibieza terrible del limbo.
La felicidad y la infelicidad suspendidas en el mismo instante y lugar,
encrucijada maldita entre el todo y la nada, el dolor y el éxtasis, el amor y el vacío.
Hoy dueles con sutileza de herida antigua,
aunque palpitas en mi tiempo de ahora,
comedido, como el protagonista de un amor ya viejo.
Rechazo con violencia las ganas de buscarme,
al escuchar ecos de los tiempos de la huida,
ahogo al monstruo que pide vida,
me odio por convertirme en lo que niego.


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jueves, 11 de febrero de 2016

Dicen que ha nacido una flor en el espacio

#‎NASA‬ ‪#‎ScottKelly‬ ‪#‎ISS‬ ‪#‎NASANET‬ #SpaceFlower #FlorEspacio
Image Credit: NASA / Scott Kelly
Flores para romper la frialdad del abismo infinito.
Ahora que ya me podré adornar las trenzas en un verano que intuyo inexistente,
volemos, Astronauta
*Dicen que ha nacido una flor en el espacio.


#VolemosAstronauta
Por primera vez ha florecido una planta en el espacio. Ha sido una flor de zinnia. En este artículo de PlayGround lo cuentan.
La fotografía maravillosa que ilustra mis palabras es del astronauta Scott Kelly, la hizo desde su reclusión en la Estación Espacial Internacional.

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jueves, 4 de febrero de 2016

Huellas en la orilla del Mar de la Lluvia


La sonda Chang'e 3 y el Yutu Rover le han robado sus secretos a la Luna.
Yo miro las fotos y nos imagino a ti y a mi dejando nuestras huellas eternas en la orilla del árido Mar de la Lluvia.
Luego pienso en la frialdad de besarse a través del cristal de una escafandra y en la calidez del tiempo compartido en mitad del abismo.
Y quiero volar.

#VolemosAstronauta

*Esta maravillosa foto de Dani Kxt Caxete ha sido hoy "Astronomy Picture of the Day" en la NASA. Me hace muy feliz por varios motivos, uno de ellos el que esté hecha en uno de mis lugares preferidos.
No me he podido resistir a ponerle palabras en Viviendo al otro lado del espejo
En estos dos enlaces, fotógrafo y fotografiado, cuentan detalles sobre el proceso:
http://danikxt.blogspot.com.es/2016/01/sombras-de-luna.html
http://bdouzaldarrudaceibeilustrados.blogspot.com.es/2016/01/astronomia-comparada-la-sombra-de-la.html

*Aquí os hablé del lugar donde se tomó la foto: http://viviendoalotroladodelespejo.blogspot.com.es/2015/02/los-dioses-son-de-granito.html

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domingo, 17 de enero de 2016

Historias de sirenas, buzos y astronautas

sirena y buzo

A veces recuerdo que fui sirena y me gustaban los marineros. Y también los buceadores, tan intrépidos en su búsqueda del misterio de los océanos. Pero sobre todo, me gustaban los buzos, con esos trajes alucinantes que los convertían en tritones con piernas, lentos y acorazados. Ellos me miraban hipnotizados y luego, al regresar a su mundo, eran tomados por locos si hablaban de la mujer acuática de pechos descubiertos. 

Ahora que perdí la cola de pez y me adorno con tacones en lugar de escamas, que mis estrellas son de luz y no respiran y mi techo tiene espuma de nubes, amo a los astronautas que surcan el espacio en sus trajes protectores. Los miro, pienso en mis amores con los buzos perdidos y espero que uno me coja de la mano y me lleve a volar. Tal vez así me crezcan alas.

Sospecho que siempre me gustarán las miradas desde detrás de un cristal.

#VolemosAstronauta

*No conozco al autor de la fotografía en la que está basado este gif que tampoco sé quién ha hecho. Lo encontré en el muro de Facebook de un amigo por casualidad y surgió el texto automáticamente, casi sin pensar, por eso lo escribí directamente en la página de fans de Viviendo al otro lado del espejo. Como parece ser que gustó, lo he traído al blog. Si alguien sabe el nombre del autor de la foto que me lo haga saber y lo pondré.

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viernes, 31 de octubre de 2014

En ocasiones, el Monstruo acecha

The monster in the mirror. Abby Kroke
The monster in the mirror, de Abby Kroke



Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win. 
Stephen King


En ocasiones, el Monstruo acecha.

Me mira desde dentro y se ríe
mientras hurga en las rendijas del tiempo con dedos larguísimos y las uñas sucias de recuerdos.
Trae restos de amor y miedo entre esos dientes,
                                que mordieron despiadados los trozos de algún futuro 
                                                                                                             abortado.  

Y aún tiene hambre...

hambre de más deseos.

Es sabio y malicioso y conoce mis debilidades,
mis odios,
mis placeres,
y mis dolores

Por eso, muerde fuerte,
                            escondido en el interior de mi piel solitaria,
clavando los colmillos en la transparente imagen de tu yo ausente
                                                                                        que guardo ahí, junto al corazón,
protegida por una armadura de costillas y músculos palpitantes,

instándome a buscarte.

Miro al espejo y ahí está,
sonriendo con las encías descubiertas.

Hace un gesto obsceno con las manos,
saca una lengua enferma de lascivia y palabras
y se relame saboreando mi miedo al vacío,
mi saber que yo, en el fondo, también soy él,

que cuando se me consuman la poesía y la cordura,
seré yo quien asome desde dentro de su cuerpo deforme.


............................................................................................................................................................

Y cuando yo duermo, él sigue despierto, y se ríe apretando mucho los dientes, para que no me olvide de que existe.


      Elijo Canción de amor y muerte de Iván Ferreiro como banda sonora, que es preciosa como pocas.


Y yo seguiré aquí a tu lado 
a pesar de lo raro 
que sea nuestro amor este amor 
...
Es un cuento 
y lamento 
que no haya un final de momento 
Y lo intento todo el tiempo 
que no haya un final de momento


jueves, 9 de octubre de 2014

Otra forma de morir

Car Lavera.  Fantasy Art de Gonzalo Villar
Car Lavera.  Fantasy Art de Gonzalo Villar

El mundo giraba, prosaico

Mientras  yo, poco  a poco, moría,
desterrando  la magia sobre la que sustentaba mis cimientos

Perdí los sueños,
La  sensibilidad,
Los  dones,

Todo  aquello que me construía.

La normalidad afilaba sus dientes y me mordía desgarrándome la piel,
masticando mi carne,
sorbiendo el tuétano de mis huesos.

Me dejó vacía.

Mi nombre rebotando en el hueco de mis costillas,
chocando con los huesos sangrientos.

Clong clong

Sonaban los golpes, fuertes, en el silencio.

Demencial oscuridad.

Después, la Nada

No ser
No vivir

El Tiempo riéndose de mí con arena en los labios 
y brazos como agujas de sombra
marcando los segundos
de mi muerte


*La maravillosa imagen es de Gonzalo Villar, podéis ver más cosas de su trabajo en su web http://gzlo.wordpress.com/

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